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Gestión eficiente de las redes de abastecimiento de agua: reduciendo pérdidas, garantizando la sostenibilidad

En un escenario en el que el acceso al agua potable se está convirtiendo cada vez más en un desafío por la escasez y los períodos de sequía, cada vez más frecuentes, las pérdidas de la red de suministro de agua contribuyen a agravar el problema.

En España, la situación es alarmante: más de 700 hectómetros cúbicos de agua se pierden anualmente debido a fugas y averías en la red. Estas pérdidas equivalen al consumo doméstico de casi 14 millones de personas, lo que hace saltar las alarmas sobre la urgencia de abordar este problema.

Pérdidas de agua en la red de abastecimiento

Las pérdidas de agua en la red de abastecimiento se definen como la diferencia entre el volumen de agua suministrada al sistema y el volumen de agua registrada en los contadores de los consumidores finales. Se dividen en pérdidas reales, como fugas y roturas, y pérdidas aparentes, que incluyen errores de medición y consumos no autorizados.

Desde comienzos de siglo, estas pérdidas representan un alarmante 25% del agua suministrada, una de las tasas más altas en Europa. Es decir, 1 de cada 4 litros de agua que se suministra al sistema, se pierde en forma de fuga al exterior o consumos no autorizados cada año. La falta de inversión y el envejecimiento de las infraestructuras agravan la situación, destacando la necesidad de medidas regulatorias y de inversión para abordar este problema de manera sostenible.

En este sentido, con el objetivo de disminuir el impacto ambiental de las pérdidas de agua, el Gobierno obligará a los municipios a contabilizar la totalidad de las fugas que detecten en sus redes de suministros en 2025.

Importancia de un buen mantenimiento de las redes de abastecimiento de agua

La falta de mantenimiento adecuado de las redes de conducción de agua puede tener consecuencias devastadoras. Pero esto no solo pone en riesgo el suministro de agua potable, también compromete los esfuerzos de conservación y distribución del recurso. Las roturas de tuberías son indicadores claros del envejecimiento de la infraestructura, la cual es esencial para mantener la calidad de los servicios de abastecimiento y saneamiento.

Según la Asociación Española de Abastecimientos de Agua y Saneamiento (AEAS), un gran porcentaje de las redes de abastecimiento llevan en operación más de 40 años, lo que aumenta exponencialmente la probabilidad de que se produzcan fugas de agua en las tuberías.

En el caso de la red de alcantarillado, el envejecimiento es mayor, donde un 44% de las tuberías llevan más de 40 años en servicio. Esta situación se agrava si se tiene en cuenta la falta de inversión destinada a la renovación de este tipo de instalaciones. La tasa de renovación se sitúa en el 0,6% y en el 0,38%, respectivamente, muy por debajo del objetivo del 2% de renovación, que se considera como ideal.

El mantenimiento adecuado de las redes de conducción de agua es esencial para garantizar su eficiencia y sostenibilidad a largo plazo. Se requieren planes de mantenimiento preventivo y correctivo que contrarresten el deterioro progresivo causado por el uso y el tiempo. Estos planes deben incluir operaciones programadas y periódicas, como inspecciones, limpieza y reparaciones puntuales de averías. Sin embargo, en casos donde el mantenimiento no pueda resolver los problemas de manera efectiva, la rehabilitación o incluso la renovación completa de la red pueden ser necesarias.

Peligros asociados a la falta de mantenimiento de las redes de abastecimiento de agua

La falta de mantenimiento en la red de abastecimiento conlleva riesgos significativos para la salud pública y el medio ambiente, algunos de ellos pueden ser:

  • Fugas en la red pueden alterar la calidad del agua potable y dar lugar a emergencias sanitarias. La presencia de materiales obsoletos, como el plomo, en las redes de distribución representa un peligro adicional. Es fundamental implementar medidas de mantenimiento adecuadas, incluyendo la limpieza y desinfección de la red, para garantizar un suministro seguro y sostenible de agua potable.

Pero, además, existen peligros provocados por la falta de mantenimiento y algunos de ellos pueden ser:

  • Las posibles fugas en la red de abastecimiento, debido a la falta de resistencia de tuberías antiguas, no sólo conllevan la pérdida del recurso y daños materiales, sino que también pueden desencadenar fenómenos como el sifonamiento durante periodos de depresiones, permitiendo la entrada de agua del exterior. Estos fenómenos pueden alterar las características del agua antes de llegar al consumidor, representando un riesgo para la salud pública.
  • Materiales antiguos como el plomo pueden acarrear problemas en la calidad del agua. Es crucial detectar y retirar estos materiales en la medida de lo posible para garantizar la seguridad del suministro.
  • La falta de mantenimiento de las válvulas o el desconocimiento de su ubicación exacta pueden ocasionar retrasos en la respuesta ante problema, como la necesidad de aislar una zona afectada durante una emergencia sanitaria.
  • La falta de revisión de hidrantes puede comprometer el servicio necesario en caso de incendios, lo que destaca la importancia de mantener estos dispositivos en condiciones óptimas.

Sistemas de tuberías eficientes para la renovación de las redes de abastecimiento de agua

En los casos en los que la red esté seriamente dañada, es recomendable su sustitución para evitar fallos y roturas, los costes derivados de su reparación y las molestias para los vecinos de las zonas afectadas.

Hoy en día la mejor solución a la hora de reemplazar este tipo de redes es emplear tuberías de polietileno para agua potable. Estos sistemas están diseñados específicamente para su aplicación en conducciones de agua, tanto redes de agua potable como redes contraincendios, garantizando su resistencia y larga vida útil en condiciones de trabajo extremas.

Además, entre sus beneficios destaca su larga vida útil -superior a los 50 años- y que no precisan ningún tipo de mantenimiento.  También cuentan con una gran resistencia a la presión interna, que garantiza el correcto funcionamiento de las redes, y a la corrosión, un factor determinante en el desarrollo de la legionela.

Por otro lado, su gran elasticidad permite acelerar y abaratar el proceso de instalación que, es muy sencillo ya que, tanto tubería como los accesorios en polietileno, se adaptan perfectamente a terrenos sinuosos. Además, sus múltiples posibilidades de uniones soldadas, garantizan una estanqueidad del 100%, eliminando costes de reparaciones futuras.

Todas estas ventajas convierten a las tuberías de polietileno en una excelente opción para abordar trabajos de renovación de las redes de agua potable, aportando duración, eficacia y optimización en su instalación.