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¿Cómo valorar la sostenibilidad en sistemas de tuberías? 

La construcción y el uso de edificios es responsable de casi el 40 % de las emisiones de CO2 y del 35 % del consumo de la energía en el mundo. Se espera que, a lo largo de la próxima década, el sector de la construcción dé un giro y se encamine hacia un futuro más sostenible. Uno en el que la eficiencia y la eficacia vayan de la mano del compromiso medioambiental. 

Una de las apuestas para reducir el impacto en el medioambiente es la construcción sostenible, aquella que utiliza métodos y materiales que no impactan en el medio ambiente.

Replantear la forma en que construimos y los materiales que se emplean en la edificación es fundamental para alcanzar este futuro sostenible, pero ¿cómo podemos identificar que nuestra red de tuberías es sostenible? 

La verificación de los componentes de las tuberías 

La base para el desarrollo de un sector más consciente es que los materiales empleados en las construcciones sean ecodiseñados para ofrecer soluciones de gran durabilidad y reciclables al final de su vida útil, a partir de un menor consumo de materias primas y energía.  

En el sector de la construcción, podemos encontrar una gran variedad de materiales para la fabricación de tuberías, entre ellos, los plásticos que, aunque son de los materiales más eficientes y fáciles de reciclar, se debe tener en cuenta que no todos sus tipos tienen el mismo impacto sobre el medio ambiente.

Dentro de la familia de los termoplásticos, el polipropileno es el material más sostenible, sobre todo porque su producción genera escasos residuos. La clave de su sostenibilidad radica en que el polipropileno está constituido en un 99% por carbono e hidrógeno, elementos inocuos y abundantes en la naturaleza.

La propia ONU solo considera al polipropileno como plástico válido para estar en contacto con alimentos, por lo que no solo es más ecológico, sino también mejor en términos sanitarios.  

La importancia de una fabricación e instalación consciente

La creación, explotación y transporte de cualquier tipo de producto debería garantizar un uso responsable de las materias primas y la energía, dada la sensibilidad de nuestro entorno natural.  

Por eso, la apuesta por la fabricación de productos con el menor impacto ambiental, la compensación de la huella de carbono derivada de cualquier actividad, contribuyen a la reducción de la contaminación de nuestro planeta. 

Para medir y tener en cuenta estos parámetros, es de gran importancia que fabricantes, en este caso, de tuberías, y que también las constructoras realicen cálculos de las huellas medioambientales de sus proyectos.  

Sellos y certificaciones de sostenibilidad: Un valor añadido al cuidado del medio ambiente

Existen diferentes sellos certificadores que verifican la procedencia y composición de las tuberías. A través de este sistema de valoración se aporta relevancia al producto, al mismo tiempo que asegura que su creación ha llevado a cabo de forma consciente. Estos sellos, pueden dividirse en: 

  • Relativos a la fabricación y diseño de productos en relación con su impacto medio ambiental: 
    • Cradle to Cradle (C2C) es una solución integral para evaluar, optimizar y verificar aspectos del diseño y fabricación de productos, al valorar la seguridad, circularidad y responsabilidad de los productos en cinco categorías: Salud de los materiales; Reutilización de materiales; Energías renovables y gestión del carbono; Administración del agua y Justicia social. 
    • La Declaración Ambiental de Producto (EPD) es un documento que contiene información sobre los principales impactos ambientales de un producto, así como otros detalles como datos técnicos o información sobre la fabricación del producto. Sus objetivos contemplan la identificación del impacto en el medio ambiente, el reconocimiento de la responsabilidad e influencia en procesos ambientales de alto impacto, la cuantificación de este impacto, el trabajo de minimización del impacto ambiental del producto, y ofrecer a los clientes información veraz y verificada de los sistemas.   
    • El Análisis del Ciclo de Vida (ACV) es el método para cuantificar el impacto ambiental de un producto a lo largo de todo su ciclo de vida. Considera aspectos como el consumo de energía, las emisiones de gases de efecto invernadero, el consumo de agua, la generación de residuos y la toxicidad. 
  • Relativos a la construcción sostenible y eficiente:  
    • BREEAM: Este certificado lleva en vigor desde 1990 y es de carácter internacional. Para conseguirlo, las construcciones deben cumplir requisitos de diez categorías diferentes: salud y bienestar, energía, materiales, contaminación, agua, transporte, ecología, gestión, residuos e innovación. 
    • LEED: Esta certificación otorgada por la U.S. Green Building Council (USGBC), se otorga a los proyectos de construcción en los que se reducen de manera importante los residuos y la emisión de gases nocivos a la atmósfera, conservan mejor la energía, y son más saludables y seguros para sus ocupantes. 
    • La certificación VERDE (Valoración de Eficiencia de Referencia de Edificios), impulsada por GBCe (Green Building Council España), es una metodología basada en el cálculo de la reducción de impacto ambiental, a partir de la evaluación de factores en el análisis del ciclo de vida, en comparación con un edificio de referencia. 

Certificar que las construcciones son sostenibles, no solo dará seguridad a las propiedades, además, se crea un valor agregado de equilibrio ecológico.